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Información para pacientes

Pacientes

Bienvenido a la sección para pacientes. Sabemos que siempre existen muchas dudas sobre el rol que juegan los laboratorios de patología y los médicos patólogos en el diagnóstico de las enfermedades. Le sorprenderá mucho saber que con el advenimiento de las nuevas tecnologías, este rol (de diagnóstico) se ha vuelto no sólo más necesario sino también se ha extendido a otras aristas de la medicina, como el tratamiento o seguimiento. El enfoque contemporáneo sobre el tema nos habla de medicina de precisión,  donde equipos multidisciplinarios (conformados por clínicos, cirujanos, radiólogos, patólogos y profesionales de ramas específicas) trabajan de manera conjunta para brindar el manejo más preciso posible a cada enfermedad.  

En esta sección encontrará respuestas a las preguntas más frecuentes sobre estos temas, así como algunos recursos de utilidad

Tramites administrativos

El trámite es sencillo, simplemente puede notificarnos a través de cualquiera de nuestros canales de atención al paciente, llenar la fórmula de solicitud para recibir su material.  La entrega se realiza 48 horas después de recibida la solicitud.

Descargue la solicitud de devolución de material histológico aquí:

 

Voy a llevar el material al extranjero, ¿puedo hacerlo?

Si, tanto las láminas histológicas y los bloques de parafina no representan ningún riesgo médico o biológico. Será sin embargo necesario portar la documentación personal y los reportes del laboratorio que acrediten que efectivamente ese material corresponde al paciente. El material no requiere de refrigeración ni de un protocolo específico, aunque si debe mantenerse fuera de la exposición directa al sol o a temperaturas mayores de 35 grados.

Preguntas Frecuentes

Una biopsia es un procedimiento médico que consiste en tomar una pequeña muestra de tejido o células del cuerpo para ser valoradas por un médico especialista en patología. Esta muestra se extrae generalmente mediante una pequeña cirugía o a través de un instrumento especial (tipo cureta, punch o aguja, específicamente diseñados para tal efecto). El propósito de una biopsia es obtener información más detallada sobre una zona sospechosa o anormal del cuerpo. Los médicos pueden solicitar una biopsia para diagnosticar enfermedades, como el cáncer, determinar la gravedad de una condición existente o evaluar la efectividad de un tratamiento.

Una vez que se extrae la muestra de tejido o células, se envía al laboratorio de patología, donde se procesan y realizan diferentes pruebas para ser entregadas al médico patólogo para su evaluación y confección de un reporte (que se entrega al médico tratante). Los resultados de la biopsia ayudan al médico a tomar decisiones informadas sobre el tratamiento adecuado para el paciente. Es importante recordar que cada biopsia es única y el médico explicará los detalles específicos del procedimiento antes de realizarlo.

¿Por qué los reportes de patología se entregan a los médicos tratantes y no a los pacientes directamente?

Es muy importante tener claro que una enfermedad representa una compleja condición donde es necesaria la valoración integral de cada paciente. El reporte de patología, aunque determinante en muchos casos, representa solo una parte de este complejo proceso, y siempre será el médico tratante el que tendrá una perspectiva integral del caso, y podrá interpretar de mejor manera los hallazgos vertidos en el reporte de patología. 

La citología es un procedimiento médico en el que se obtienen células del cuerpo, generalmente de la superficie de un órgano o tejido, para su examen microscópico. El objetivo principal de la citología es detectar cambios anormales en las células que pueden indicar la presencia de enfermedades, como infecciones, inflamación o células cancerosas.

La obtención de células para la citología se realiza mediante diferentes métodos, dependiendo del área del cuerpo que se esté examinando. Por ejemplo, en la citología cervical (Papanicolaou o prueba de Pap), se toma una muestra de las células del cuello uterino mediante un raspado o cepillado suave.

Una vez obtenidas las células, se fijan en una lámina de vidrio y se envían al laboratorio de citología. Allí, un citotecnólogo certificado o un médico patólogo examina las células al microscopio y busca signos de anormalidades. También pueden realizarse pruebas adicionales, como análisis de ADN o pruebas de virus, dependiendo de la indicación clínica.

Los resultados de la citología ayudan a los médicos a detectar precozmente enfermedades como el cáncer, lo que permite un tratamiento temprano y mejora las posibilidades de curación. Es importante destacar que la citología no es un diagnóstico definitivo, sino una herramienta de detección que puede requerir pruebas adicionales para confirmar o descartar una enfermedad.

Una de las inquietudes más frecuentes de los pacientes es sobre los plazos de entrega de resultados de biopsias y citologías. A diferencia de las pruebas de química sanguínea y otros exámenes, el manejo y procesamiento de tejidos requiere de la realización de una serie de pasos (algunos de ellos de varias horas de duración) hasta tener una lamina histológica lista para ser valorada por el médico patólogo. En general, y dependiendo del tipo de espécimen, estos protocolos de procesamiento y valoración pueden requerir de 48-72 horas. A continuación le explicamos los pasos típicos en el protocolo de procesamiento de tejidos, desde que la biopsia es recibida en el laboratorio hasta que se genera un reporte patológico.

 

  1. Recepción de la muestra: Una vez que el laboratorio de patología recibe la muestra de biopsia, se realiza un proceso de registro y documentación. Se verifica la información del paciente, como el nombre, la edad y el número de historia clínica, para asegurar la correcta identificación de la muestra.

  2. Fijación: La muestra de biopsia se fija en una solución de formalina, que es un agente conservante. La fijación ayuda a preservar el tejido y prevenir su descomposición, lo que permite un análisis microscópico adecuado. En general, para biopsias pequeñas el tiempo de fijación recomendado es de al menos 24 horas. Las piezas grandes (muestras más grandes) requerirán de un tiempo mayor. 

  3. Procesamiento y inclusión en parafina: Después de la fijación, la muestra es valorada por el profesional y se incluye en contenedores especiales (llamados cápsulas o cassettes) (foto 1) para ser introducidas en la máquina procesadora ( foto 2)  para su inclusión en parafina. Este proceso implica la eliminación de la formalina y la deshidratación del tejido mediante una serie de baños de alcohol de concentraciones crecientes. Posteriormente, el tejido se sumerge en parafina fundida y se coloca en moldes para solidificar. La parafina proporciona una matriz sólida que facilita el corte de secciones delgadas del tejido.

  4. Corte de secciones: Una vez que la parafina se ha solidificado, el bloque de tejido se corta en secciones muy delgadas (foto 3), generalmente de unos 4-6 micrómetros de espesor. Estas secciones se montan en portaobjetos de vidrio (foto 4) y se preparan para ser teñidas según el protocolo requerido.

  5. Tinción y preparación de láminas: Las secciones de tejido se someten a diferentes técnicas de tinción para mejorar su visualización al microscopio. En el caso de nuestro laboratorio, se realiza de manera automatizada con equipos certificados (foto 5).  Los colorantes más comunes utilizados son la hematoxilina y la eosina (tinción de H&E), que proporcionan detalles estructurales y permiten una evaluación inicial del tejido.

  6. Análisis microscópico: Una vez que las láminas están listas (foto 6), el médico patólogo las examina al microscopio. El patólogo observa cuidadosamente las características celulares, la arquitectura tisular y cualquier anormalidad que pueda indicar una enfermedad o afección. El patólogo realiza el diagnóstico basándose en su experiencia y conocimientos, comparando los hallazgos con los estándares establecidos y las características clínicas del paciente.

  7. Informe del patólogo: Después de analizar el tejido, el médico patólogo elabora un informe detallado que incluye el diagnóstico y, si es necesario, información adicional sobre el grado de malignidad, la extensión del tumor u otras características relevantes. Este informe se envía al médico solicitante, quien lo utiliza para planificar el tratamiento adecuado para el paciente.

La biopsia por congelación es un procedimiento médico que se realiza durante una cirugía para obtener una muestra de tejido para su análisis inmediato por parte del médico patólogo.

Durante la cirugía, se toma una pequeña porción del tejido sospechoso o anormal y se congela rápidamente utilizando técnicas especiales. Una vez congelada, la muestra se corta en láminas muy delgadas y se tiñe para poder examinarla al microscopio.

El objetivo principal de la biopsia por congelación es obtener resultados rápidos durante la cirugía para tomar decisiones inmediatas sobre el tratamiento adecuado. El patólogo, un médico especializado en el análisis de tejidos, examinará las láminas al microscopio y proporcionará un informe preliminar al cirujano en un corto período de tiempo.

Este informe preliminar puede ayudar al cirujano a determinar si se debe continuar con la cirugía, realizar algún tipo de tratamiento adicional o cambiar el enfoque del procedimiento quirúrgico en tiempo real. Esto es especialmente útil en casos de cirugías oncológicas, donde la identificación precisa del tipo de cáncer y su extensión es crucial para planificar el tratamiento adecuado.

Es importante destacar que la biopsia por congelación proporciona un diagnóstico preliminar y no es tan precisa como una biopsia tradicional, que se procesa en el laboratorio y puede llevar más tiempo. Sin embargo, la biopsia por congelación es una herramienta valiosa para la toma de decisiones inmediatas durante la cirugía.

La cirugía de Mohs, también conocida como cirugía micrográfica de Mohs, es un procedimiento quirúrgico especializado utilizado para tratar y eliminar ciertos tipos de cánceres de piel, especialmente el carcinoma basocelular y el carcinoma de células escamosas (conocido también como carcinoma epidermoide). Esta técnica se utiliza principalmente en áreas de la piel donde la preservación del tejido sano es de suma importancia, como la cara, la cabeza y el cuello, o bien en zonas donde anatómicamente es complejo resecar fragmentos grandes de piel (zona genital, región de manos o pies, etc.)

La cirugía de Mohs se diferencia de otras cirugías cutáneas en que permite la extirpación del tumor de manera precisa y controlada, a la vez que se preserva la mayor cantidad de tejido sano posible. El procedimiento se realiza en varias etapas:

  1. El cirujano realiza la extracción de una capa delgada de tejido que contiene el cáncer visible. Luego, se etiqueta y secciona en varias secciones, y se colorea con tintes especiales.

  2. El patólogo examina las secciones al microscopio y analiza los márgenes del tejido. Si se encuentran células cancerosas en los márgenes, se identifican las áreas específicas donde se encuentra el tumor

  3. Si se detectan células cancerosas en los márgenes, el cirujano realiza la extracción de otra capa delgada de tejido en esas áreas específicas solamente. Esto se repite hasta que no se detecten células cancerosas en los márgenes o hasta que quirúrgicamente sea posible.

  4. Una vez que se ha extirpado todo el cáncer, el cirujano decide el método de cierre de la herida, que puede variar según el tamaño y la ubicación de la lesión.

La cirugía de Mohs ofrece una tasa de éxito alta en la eliminación del cáncer de piel (que oscila entre el 95-99%), ya que permite una evaluación precisa de los márgenes del tejido durante la cirugía. Esto asegura una mayor precisión en la eliminación del cáncer y una menor probabilidad de recurrencia. Además, al preservar la mayor cantidad de tejido sano posible, se minimiza la necesidad de reconstrucción o cicatrices visibles

En algunas ocasiones es necesario complementar los estudios estándar (en hematoxilina y eosina) con análisis de inmunofluorescencia o inmunohistoquímica. Explicamos brevemente en que consiste cada uno de estos procedimientos

La inmunohistoquímica e inmunofluorescencia son técnicas especiales utilizadas en el laboratorio de patología para analizar muestras de biopsias y obtener información adicional sobre los tejidos y las células presentes en ellas. Estas técnicas permiten identificar y visualizar la presencia de proteínas específicas en el tejido, lo que ayuda a los médicos patólogos a realizar diagnósticos más precisos.

La inmunohistoquímica (foto izquierda) implica el uso de anticuerpos que se unen a proteínas específicas presentes en las células del tejido. Estos anticuerpos están marcados con una sustancia (cromógeno) que produce una reacción química y genera una señal visible, generalmente en forma de un color, cuando se encuentran con la proteína objetivo. Al utilizar esta técnica, los patólogos pueden identificar la expresión de ciertas proteínas y determinar si están presentes en las células del tejido examinado.

La inmunofluorescencia (foto derecha), utiliza anticuerpos marcados con fluorocromos en lugar de cromógenos. Estos fluorocromos emiten luz cuando se exponen a una determinada longitud de onda de luz, lo que permite una visualización más precisa y detallada. La inmunofluorescencia se utiliza a menudo para estudiar la distribución y la localización de proteínas específicas en las células y los tejidos.

Ambas técnicas, inmunohistoquímica e inmunofluorescencia, proporcionan información adicional a los médicos patólogos sobre las características de las células y los tejidos en las biopsias. Esto puede ser especialmente útil en la identificación de marcadores específicos asociados con enfermedades, como cánceres, y en la diferenciación entre diferentes tipos de células o tejidos.

Ambas técnicas son distintas, y algunas requerirán de tejidos con características específicas (por ejemplo tejido fresco no fijado en formalina en el caso de la inmunofluorescencia). 

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